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Yoga, meditacion y jyotish

Autor: Krishna Alan Wiuker
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Existe una íntima relación entre el Jyotish o astrología védica y el Yoga.
Ambas provienen de la misma fuente, de los Rishis, sabios o videntes de la antigua India, y fueron no creadas por ellos, sino descubiertas mediante revelación divina en profundos estados de meditación y superconciencia mística. Si estudiamos los orígenes del Jyotish veremos que su principal uso es para la evolución espiritual y una ayuda hacia el autoconocimiento y el entendimiento de las leyes divinas, y no meramente para satisfacer una curiosidad sobre futuros eventos, ni para justificar la propia personalidad, conceptos que erróneamente suelen asociarse a la astrología en general y más aun en occidente.

El Jyotish es una herramienta para comprender el karma personal y los “samskaras”, tendencias, o patrones de pensamiento y conducta fuertemente arraigados en el subconsciente, que actúan creando un condicionamiento, una especie de programa mental que suele llevar a repetir la misma actitud una y otra vez y que forman lo que llamamos la personalidad.
Pero este conocimiento en si sólo no es de mucha utilidad si no tenemos una manera de poder cambiar sus efectos y eso es el Yoga, considerado por los propios Rishis como el método para trascender y liberarse de los efectos del karma.
Existe una parte del karma que no podemos cambiar, llamado el “Prarabda” karma. Es como una flecha que ya ha sido disparada y ya es tarde para cambiar su dirección. Es el karma que ya está fructificando en ésta vida aunque parte de él todavía no se haya manifestado. Pero lo que si podemos cambiar, es la forma de reaccionar ante ese karma, que es lo que está generando el karma futuro.
Los Planetas son llamados en sánscrito “Grahas” que significa “aquello que agarra” o “que atrapa” y actúan como fuerzas que condicionan la mente y los patrones de energía en el cuerpo astral o sutil, manteniéndolos fijos y difíciles de cambiar.
La disciplina por el cual los patrones mentales pueden cambiarse, llegando a superar la fuerte atadura de los “Grahas”, es el YOGA.
Existen varias técnicas o senderos dentro del Yoga que actúan de manera diferente, siendo adecuadas para los diferentes temperamentos y tendencias humanas, aunque todos llevan finalmente al mismo resultado.


El Raja Yoga
El Raja Yoga consiste en la suspensión de todas las agitaciones mentales o “vrittis”.
Esto es conseguido a través de una rigurosa autodisciplina del pensamiento, desarrollando gradualmente la concentración profunda, hasta alcanzar el completo silencio mental.
La dispersión del pensamiento es considerada la fuente del sufrimiento.
En los Yoga Sutras de Patanjali, se indica: “angustia, depresión, nerviosismo y respiración irregular son todos síntomas de dispersión mental”. La concentración eleva el nivel energético de la mente y lleva al silencio interior.
En este silencio interior, la verdadera naturaleza del Ser es percibida y experimentada, destruyendo la ilusión de la ignorancia y experimentando la perfecta paz y conocimiento.
Mientras la mente está activa y agitada, el individuo se identifica con sus pensamientos, asumiendo un falso sentido del yo, identificándose como un individuo separado del universo, lo que crea el sentimiento de insatisfacción e infelicidad y creando el karma futuro.
¿Cómo controlar y silenciar esta turbulenta mente?
Sin duda que la mente es difícil de controlar, pero puede lograrse a través de una práctica contínua y prolongada, acompañada de un desapego por el disfrute de la experiencia sensorial.
Así como un atleta entrena su cuerpo y músculos gradualmente, así la mente debe ser entrenada.
La mente es observada en todo momento para reconocer sus tendencias o samskaras y estos son sustituidos por sus opuestos.
Por ejemplo, si observamos en la mente una tendencia al egoísmo, podemos concentrarnos en la humildad, si vemos avaricia, entonces en generosidad. Cada vez que vemos manifestarse el vritti del egoísmo, en ese momento el vritti opuesto es cultivado y desarrollado en la mente, una y otra vez, hasta que el samskara del egoísmo es sustituido y cancelado por el samskara positivo de la humildad y generosidad.
Cada vez que aparecen pensamientos negativos en la mente, deben ser sustituidos conscientemente por sus opuestos, mediante una perseverancia y firme voluntad.
De esta manera, los samskaras negativos se sustituyen y luego se eliminan. Esta purificación de la mente acompañada de restricciones y observancias éticas y morales, es la base o cimiento para la meditación.
La principal práctica en el Raja Yoga es la meditación. La mente tiene una tendencia o samskara de ir hacia fuera, hacia los sentidos y la experiencia del mundo. La meditación comienza recogiendo la mente de los sentidos hacia el interior (pratyahara), luego desarrollando la concentración en un solo pensamiento o idea (dharana) hasta que éste fluye ininterrumpidamente sin perturbación (dhyana) y cuando esta práctica es sostenida suficiente tiempo, los samskaras son derrotados, sobreviniendo el estado superconsciente o Samadhi, donde desaparece toda separación entre el individuo y el todo, sujeto y objeto.
La meditación permite ubicarse en el mismo centro o Ser interior, el refugio donde los efectos de los planetas y el karma no llegan ni afectan.
Una de las técnicas de concentración más poderosa y eficiente para controlar la mente, cambiar los samskaras y destruir los efectos astrológicos adversos es el “Japa” o la repetición mental de Mantras. El universo entero es creado mediante el sonido o Verbo. La mente no es otra cosa que sonido, solo que en una frecuencia superior o más sutil. Los Grahas o planetas influyen en la mente y la energía con sus propios sonidos o frecuencias vibratorias. Los mantras son combinaciones de sílabas que corresponden a vibraciones o sonidos específicos de los nadis y chakras (los canales y centros de energía psíquica en el cuerpo astral), actuando como llaves o códigos de acceso a una energía y poder espiritual superior latente y adormecido en cada ser humano.
De acuerdo a la “frecuencia” o nivel vibratorio de nuestra mente, es lo que atraemos a nuestra vida. Pensamientos oscuros y pesimistas atraen otros pensamientos similares y situaciones de desgracia y sufrimiento. Pensamientos de ira atraen la ira de otros hacia uno y crean situaciones de violencia y destrucción. Pensamientos luminosos de amor, paz y optimismo, atraen bendiciones y bienestar.
A través de los mantras, las frecuencias vibratorias de la propia mente pueden cambiarse, elevarse y de esa manera, cambiamos también todo lo que atraemos a nuestra vida.
Existen diferentes tipos de Mantras, para obtener diferentes beneficios, incluso cada planeta tiene su propio mantra, los cuales pueden ser utilizados con propósitos específicos, para armonizar su energía y propiciar su influencia positiva, pero los mantras más poderosos son los llamados Moksha Mantras, o nombres de Dios, quienes actúan sobre la raíz misma de la mente, despertando la conciencia divina o de Dios. Todas las energías planetarias actúan como servidores o instrumentos de Dios. Invocar la energía divina es como ir directo a la fuente, al rey o amo de los planetas, al creador de la propia ley del karma y fuente de toda luz.

El Hatha Yoga
Existe una gran confusión en estos tiempos sobre lo que es el Hatha Yoga, que suele asociarse a una mera disciplina del cuerpo y desarrollo de la flexibilidad, llamándole erróneamente yoga físico, mientras que eso es sólo una muy pequeña parte de lo que éste es en realidad.
La palabra Hatha significa la unión de “Ha” o energía solar, con “Tha” o energía lunar, los dos polos de la energía cósmica universal. El Hatha Yoga trata básicamente con el manejo y control de la energía sutil o prana, con el propósito de controlar la mente y alcanzar el Raja Yoga, o silencio mental y estado superconciente.
En el Hatha Yoga Pradipika, tratado tradicional autoritativo de Hatha Yoga, su autor, Yogi Swatmarama, declara que se enseña y practica el Hatha Yoga con el objetivo de alcanzar el Raja Yoga o control y silenciamiento mental.
Agrega que el Hatha Yoga es como un monasterio en el que se refugian los que se ven afligidos por las 3 clases de “tapas” o sufrimientos. Estos son: “adhiatmica”, el sufrimiento físico o mental,
“adhidaivika”, el sufrimiento causado por las influencias planetarias y “adhibhautika”, o el causado por elementos de la naturaleza como tigres, serpientes, terremotos, inundaciones etc.
En el Hatha Yoga, la energía psíquica es controlada desde su manifestación más densa, el movimiento del cuerpo físico, luego en un nivel más sutil que es el movimiento de la respiración y luego en niveles más sutiles aún como el movimiento de energía en el cuerpo astral, los nadis y chakras, hasta lograr un control de los elementos de la naturaleza, tierra, agua, fuego, etc, que en su forma sutil constituyen la mente misma.
Las prácticas del Hatha Yoga comienzan con los Yamas y Niyamas, normas morales y éticas, una purificación, desintoxicación y control del cuerpo a través de una dieta apropiada, Kriyas y Asanas, posturas que se mantienen firmes y quietas durante cierto período de tiempo. Las asanas proporcionan la salud, firmeza y fortaleza necesarias para poder mantener el cuerpo quieto, relajado y controlado en las técnicas siguientes, que son los Pranayamas, Bandas y Mudras, controlando la respiración y dirigiendo el prana hacia el canal central o Sushumna nadi (canal de energía correspondiente con la medula espinal), despertando la Kundalini, el poder o energía creadora del universo que yace dormida o potencial en el chakra básico, y dirigiéndola hacia los chakras superiores hasta lograr mantenerla fija en el Sahasrara Chakra, el centro de conciencia divina. En este momento el estado de Samadhi o superconciencia es logrado, junto con la aniquilación de todos los samskaras logrando así la iluminación y liberación del karma.
Existe una muy íntima relación entre el Hatha Yoga y la astrología védica.
El universo entero o macrocosmos existe dentro de cada individuo en su cuerpo astral o microcosmos.
Las energías del Sol y la Luna se manifiestan en cada individuo como los dos polos del prana o energía vital, la inhalación y la exhalación y forman los dos nadis (canales de energía) principales que son: Ida (Lunar)situado a la izquierda del cuerpo y conectado con la fosa nasal izquierda y Pingala (solar) situado en el lado derecho y conectado con la fosa nasal derecha. De la interacción de estas dos energías surge toda actividad física y mental. Los desequilibrios planetarios en la carta natal individual, causan una perturbación en el equilibrio y flujo de esta energía, haciendo que una predomine excesivamente sobre la otra, perturbando la salud física y el equilibrio mental.
A través del control de la respiración, equilibrando y regulando las energías de inhalación y exhalación, y desbloqueando los nadis podemos neutralizar estas aflicciones.
Las influencias maléficas de planetas como Saturno, que causan un bloqueo o constricción del prana y no lo dejan fluir, o la de Marte, que afligido causa una sobre excitación, inquietud y agitación del prana, pueden ser corregidos a través de los diversos pranayamas.
Otro punto muy interesante es meditar en la relación de Rahu y Ketu (los nodos de la luna) con el sushumna nadi y la Kundalini Shakti. La historia mitológica describe a Rahu y Ketu como un demonio en forma de serpiente que fue a beber el néctar de la inmortalidad, sólo permitido a los Devas o seres divinos. Al ser visto por el Sol y la Luna, éstos lo denunciaron a Vishnu, quien lo corto en dos, pero al haber ya bebido el néctar se transformó en inmortal y le fue concedida una función en el cielo junto a los planetas, causando los eclipses de Sol y Luna y haciendo a los seres enfrentar sus sombras y conflictos de karmas no resueltos del pasado.
La serpiente representa la Kundalini Shakti o poder espiritual latente. Cuando esta energía se encuentra desactivada o desconectada por consecuencia de karmas previos, se dirige hacia abajo, cerrando la entrada del sushumna y manifestándose como la fuerza del deseo, que crea la dualidad en la mente y la fuerza de atracción y repulsión. Pero cuando esta dualidad es superada trabajando o pagando las deudas kármicas previas y actuando desapegadamente sin deseos, Rahu y Ketu son re unidos o conectados y se transforman en el poder que lleva la conciencia y la energía creadora de regreso hacia su fuente o Dios.
El Hatha Yoga Pradipika dice:
“La Kundalini Shakti, otorga la liberación a los Yogis y la esclavitud a los ignorantes. Quien la conoce, conoce el Yoga”(3/107)
La misma fuerza, cuando está adormecida o funcionando sólo en los chakras inferiores es fuente de oscuridad, insatisfacción, conflictos, dificultades y enfermedades, esclavizándonos al karma, pero cuando es dirigida hacia los chakras superiores mediante la purificación de la mente y los nadis y mediante las técnicas del Yoga, otorga la iluminación y liberación del karma.
La mitológica búsqueda de la serpiente por el néctar de la inmortalidad aclara la motivación última de ésta energía.
El Hatha Yoga Pradipika dice:
“(Cuando) el sushumna se convierte en el camino real para el prana, la mente es apartada de los objetos, se burla la muerte.” (3/3)
“Cuando el prana fluye en el sushumna y la mente se absorbe en el vacío, el conocedor del Yoga, quien puede poner fin a las variaciones de la mente, extirpa todos los karmas” (4/12)
“El Sol y la Luna crean la división del día y la noche. El sushumna consume el tiempo, esto es un secreto.”(4/17)

Mientras que todos los planetas van en una dirección (movimiento directo), Rahu y Ketu lo hacen en dirección opuesta o retrógrada. El movimiento hacia delante de los planetas puede ser visto como el proceso de manifestación de las experiencias individuales en el mundo objetivo, mientras que el movimiento retrógrado de Rahu y Ketu nos dan una idea de que van en el sentido opuesto, es decir, de la manifestación objetiva y material, de regreso a su fuente, la conciencia pura o Dios. Esto es lo que la Kundalini Shakti hace;
primero manifiesta el universo de la conciencia original a la manifestación objetiva, quedando allí estática en forma latente, hasta cuando es reactivada y comienza su camino de regreso, chakra por chakra, de la conciencia material y objetiva, hacia la conciencia absoluta o Dios.
Otro punto desafiante para el intelecto es el tema de la muerte. Astrológicamente, el momento de la muerte está ya determinado en el momento del nacimiento y es parte del prarabda karma.
Sin embargo, la muerte sólo puede ocurrir por acción del movimiento de prana en ida y pingala, lo que genera el tiempo en la mente y permite a las fuerzas astrológicas actuar, pero cuando el prana es retenido en el sushumna, se ‘burla la muerte”, es decir, no es posible la muerte. Esta es considerada la única manera de prolongar la longevidad más allá de lo establecido por el prarabda karma y la explicación de las historias de longevidad milenaria de algunos yogis o siddhas.
Sin embargo, ese no es el objetivo del Hatha yoga. La longevidad sólo es interesante hasta extinguir el karma pasado por completo y no como un fin en si mismo.
Es importante destacar que el Hatha Yoga debe ser aprendido de un Maestro cualificado y no mediante libros.

El Bhakti Yoga
Bhakti significa devoción y amor a Dios.
El Bhakti Yoga significa una entrega total a Dios y a su voluntad. Se establece una relación personal entre la persona y Dios, a través de la oración, cantos, ceremonias de adoración o rituales litúrgicos y un recuerdo y pensamiento constante en El.
Es el camino más característico en mayoría de las religiones tradicionales.
Los Yogis entienden que si bien Dios es uno, más allá de toda dualidad y de toda limitación de forma, se manifiesta en infinitas formas o nombres y cada individuo puede relacionarse con él de manera diferente, percibirlo, concebirlo o experimentarlo de un modo diferente. De la manera en que uno busca a Dios, de esa manera Dios vendrá a uno.
Por eso el Bhakti Yoga no es una religión en si misma o un dogma determinado, sino que reconoce a todas las religiones y formas de fe como válidos si son practicadas con sinceridad y conducentes a la unión con lo divino. Cada persona tiene un relacionamiento diferente con Dios. No podemos imponer una forma o nombre que sea aceptado por todos.
La esencia del Bhakti, más allá de la forma exterior en que se practique, consiste en la apertura del corazón, cultivo del sentimiento de amor cósmico, abandonando el ego o voluntad individual y desarrollando la entrega y aceptación de la voluntad divina.
Existen diferentes niveles de progreso en el Bhakti. El principiante, sólo es capaz de ver o relacionarse con Dios con un nombre determinado, en un templo determinado y mediante oraciones y rituales preestablecidos por su sistema religioso.
A medida que se progresa en el Bhakti, Dios comienza a percibirse en todas las formas, en todos los seres, en el propio interior y en todo momento.
Los elementos más importantes en Bhakti son el amor y la entrega. Al comienzo una persona solo es capaz de amar a unas pocas personas, generalmente asociadas a la idea de “yo” y “mío”. Uno dice: yo amo a mi Dios, mis padres, mi esposa o mi esposo, mis hijos, mis amigos, mi perro, mi gato etc.
El Bhakti consiste en expandir este amor hacia todos los seres, percibiendo la manifestación de Dios y de la propia alma en todos los seres y en toda la creación. No es un estado emocional o romántico, ni teórico, sino una experiencia que se va desarrollando gradualmente a través de la purificación de la mente y el ego, que lleva al éxtasis místico.
La actitud del Bhakta o devoto frente a la vida y el mismo karma, es de aceptación y entrega.
El bhakta no intenta cambiar la situación de la vida y su karma, como en otras formas de Yoga, sino de aceptarla como voluntad de Dios. El devoto reza: “Dios, que se haga tu voluntad y no la mía”.
Sólo Dios sabe lo que es bueno para uno y lo que a veces no nos gusta de nuestra vida, es lo que necesitamos experimentar para progresar espiritualmente. Muchas veces las adversidades en la vida son lo que despierta la búsqueda por una respuesta y una necesidad de entender el propósito superior de la vida.
Muchas personas descubren el verdadero amor y valor de la paz interior luego de haber pasado por pruebas muy duras, pérdidas de seres queridos o enfermedades.
Dios es realmente nuestra Alma y todo lo que ocurre es su voluntad y su juego divino. Nuestra mente es finita y no es capaz de comprender el plan divino y la inteligencia cósmica detrás de todos los eventos.
La mente está bajo la influencia del principio llamado “raga y dwesha” que significa atracción y repulsión.
Deseamos lo agradable y tememos lo desagradable, pero a veces lo que empieza como placer termina en sufrimiento y viceversa.
Dios es el amo o rey de la creación y está más allá de las leyes de la naturaleza e incluso de la misma ley del karma.
Por eso, la devoción sincera es capaz de causar los llamados “milagros”, es decir, cambiar algo que parece imposible de entender para el limitado intelecto.
Las fuerzas de los planetas o Grahas están bajo el control de la voluntad divina. Se dice que Dios siempre protege a quien se refugia en él, (aunque su ayuda puede no ser de la forma que uno lo espera).
Por lo tanto el devoto no teme al karma ni a los planetas.

“Dios mío, concédeme serenidad
para aceptar lo que no puedo cambiar;
Valor para cambiar lo que puedo;
Y sabiduría para reconocer la diferencia.”
San Francisco de Asís


El Gñana Yoga
Es el camino del conocimiento o sabiduría. Es considerado un camino difícil, que requiere un gran progreso previo en los otros Yogas y un alto grado de despertar espiritual, logrado a través de muchas vidas.
Gñana significa conocimiento, pero no un conocimiento de objetos, sino el conocimiento del Ser, o la verdadera naturaleza del Yo.
Este Yoga esta basado en la filosofía Vedanta, contenida en la última parte de los Vedas llamadas Upanishads. Su enseñanza es que la causa de todo el sufrimiento es la ignorancia de la propia naturaleza y la identificación errónea con el ego, la mente y el cuerpo.
Toda la experiencia de dualidad, sufrimiento y separación entre el individuo y la felicidad, el todo, Dios o Brahman, es debido a una ilusión creada por la propia mente en el estado de ignorancia.
Somos ya la felicidad perfecta, declaran los Upanishads. Somos el Alma o “Atman”, el Ser inmortal, uno con Dios, infinitos y luminosos, sin embargo la ilusión mental nos hace identificarnos con el cuerpo y con los pensamientos, los que crean una personalidad o ego, que erróneamente identificamos como el yo. Esta ilusión es llamada “Maya”, y es muy difícil de superar.
La agitación de la mente crea como un velo, que impide percibir la realidad.
Así como el sol siempre brilla aunque cuando esta nublado no lo vemos, el Ser siempre brilla, aunque debido a la densa niebla creada por la mente, no lo percibamos.
El cuerpo esta en constante cambio y transformación, también todos los objetos físicos y la propia mente. Sin embargo hay una realidad detrás, que no cambia. Una conciencia o eterno testigo silencioso.
El Atman o Ser es siempre el mismo, aunque el cuerpo y la mente cambien. El Ser es eterno. Ya existía antes del nacimiento y seguirá existiendo después de la muerte del cuerpo. Podemos observar como la personalidad puede cambiar completamente en una persona. Simplemente la personalidad de una persona cuando es niño en diferente a cuando es un adolescente o cuando es anciano, sin embargo sabemos que el ser es el mismo.
Todos los procesos de nacimiento, crecimiento, cambio, decadencia y muerte afectan solo al cuerpo y no al Ser. Todo el sufrimiento se genera al identificar erróneamente lo cambiante y pasajero con el Ser.
Intuimos que existe la felicidad, ya que ésta es nuestra naturaleza esencial, pero debido a la ignorancia e ilusión, buscamos la felicidad en el exterior, en lo que podemos percibir con nuestros sentidos, y esa felicidad nunca llega. Pensamos que si poseyéramos todo lo que deseamos seríamos felices, pero aun logrando esa posesión la felicidad no llega y siempre parece que falta algo, generando más y más deseos, lo cual es la causa del karma y del enredo del alma en el mundo material y su sufrimiento.
El Gñana yoga consiste en reconocer este juego e ilusión de la mente, y meditar en el Ser interno.
Los principales medios para hacerlo se llaman “Viveka” y “Vairagya”.
Viveka significa discernimiento o discriminación entre lo real e irreal o ilusorio, entre el Ser y el ego, entre lo permanente y lo pasajero. Es un entrenamiento del intelecto, que esta atento reconociendo constantemente los juegos del ego y la Maya.
Vayragya significa desapego o desapasionamiento y consiste en reconocer la existencia efímera de todo lo percibido por los sentidos, la renuncia a los deseos y a intentar obtener la felicidad de ellos.
El Gñani es aquel, que a través de este discernimiento y desapego, ha alcanzado la ecuanimidad y perfecta paz mental. Su mente ya no es perturbada por los pares de opuestos, como: calor y frío, atracción y repulsión, agradable y desagradable, ganancia o pérdida, alabanza o crítica, etc.
El Gñani esta siempre satisfecho en el Ser interno, bebiendo la dicha del alma y su naturaleza divina, y no tiene deseos, por lo cual cesa de generar karma y se libera del ciclo de nacimientos y muertes.
El Gñani es como un actor que ejecuta su papel en la obra de esta vida, pero permanece siempre conciente de que es solo un papel temporal y no se identifica con su personaje.
El Gñana Yoga es una meditación constante en el Atman y su naturaleza pacífica, eterna y luminosa.
El Alma o Atman no es afectado por la ley del Karma ni por los planetas. Estos solo operan en los cuerpos físico, astral y causal, pero no en el Atman. El Ser no actúa, sino que es siempre el testigo silencioso. Es el ego el que se siente el hacedor y se enreda en el karma.
He aquí una descripción del Bhagavad Guita:
“El Yo no ha nacido ni muere nunca. Cuando llega a ser, ya nunca deja de existir. Es no-nacido, eterno, inmutable y antiguo. No muere cuando matan al cuerpo.”
“Igual que un hombre desecha la ropa gastada y se pone una nueva, el YO encarnado desecha los cuerpos gastados y entra en otros nuevos.”
“Las armas no lo cortan, el fuego no lo quema, el agua no lo moja, el viento no lo seca.
Este YO (Atman) no puede ser cortado, quemado, mojado ni secado. Es eterno, omnipenetrante, firme, antiguo e inmóvil.
“Se dice que este YO es inmanifiestado, impensable e inmutable. Por eso, sabiendo esto, no debes entristecerte.” (cap 2/ 20-25)


El Karma Yoga
Karma yoga es el yoga de la acción.
En el Bhagavad Guita el Yoga es definido como : “destreza en la acción”.
Toda acción genera una reacción. La reacción o Karma generado por la acción depende de la intención que la motiva. Dos personas pueden estar haciendo la misma acción externamente, pero con intenciones muy distintas. Por ejemplo dos personas van a ayudar a una tercera. La primera lo hace simplemente para ayudar a aliviar su sufrimiento mientras que la segunda lo hace para esperar recibir un favor a cambio, o para que otros lo vean como bueno. Obviamente, la reacción generada será diferente.
El Karma Yoga consiste en la acción o servicio desinteresado.
Cada acción hecha con una expectativa nos ata a tener que cosechar una reacción, la cual nos lleva a la vez a generar nuevas acciones y esto nos enreda en el circulo vicioso del karma.
Todos debemos actuar. Sin ejecutar ninguna acción no es posible ni la supervivencia del cuerpo físico.
Como hacer entonces para liberarnos del circulo del Karma su atadura?
La clave consiste en ejecutar la acción como un deber a cumplir, pero sin expectativas por sus resultados.
Cada persona, de acuerdo a un karma previo, tiene un Swadharma, un deber que hacer (que puede verse en la carta natal), un servicio que brindar al mundo y un sacrificio que hacer por los demás. Existe un deber para cada uno de acuerdo a su trabajo, hay un deber de padre, de hijo, de ciudadano, etc. y de actuar con justicia y rectitud frente a las situaciones inesperadas que se presenten.
Cumpliendo el propio deber con lo mejor de la propia capacidad y sin esperar ninguna recompensa ni resultado, es como se agota o termina el karma pasado sin generar karma futuro.
Esta forma de acción trae automáticamente la paz mental.
El gran obstáculo para la autorrealización espiritual, es el Ego o egoísmo. Siempre estamos actuando pensando en que recompensa o ganancia vamos a recibir a cambio. El ego siempre quiere tomar para sí mismo en vez de dar. Esta actitud inconscientemente genera el sentimiento de separación de los demás y del universo entero, dejando un sentimiento de insatisfacción, contracción y limitación mental, aislamiento, miedos y vacío interior. El egoísmo es como un gran velo que con su densa energía cubre y oculta la luz interior del Alma.
En cambio al ejecutar acciones de servicio a los demás y al universo sin expectativas de ganancia, la mente se expande y el ego se desvanece desvelando la luz interior.
El alma o Atman se haya presente en todos los seres y la entera creación. Sirviendo a otros reconocemos nuestra presencia y la presencia de Dios en todos los seres, expandiendo la conciencia y realizando a Dios.
Llega un momento en el que servir otorga mas satisfacción que recibir.
El servicio desinteresado es una de las formas mas efectivas de superar las limitaciones e impurezas del ego, y un factor necesario para todo progreso espiritual.
El Karma Yoga se combina eficientemente con el Bhakti Yoga cuando se ejecuta la acción como un servicio a Dios, reconociéndolo en todos los seres y se le ofrecen los resultados.
También con el Gñana Yoga, cuando se ejecutan las acciones sin deseos personales, sintiéndose como un instrumento y no como el hacedor. El Atman nunca actúa, permaneciendo siempre como el testigo silencioso.

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